Desquicio.

 

Hoy no aprecio la capacidad de los domingos para hacernos aflorar nuestra melancolía.

Hoy ruego calma.

Quisiera dejar de preguntarme cuántas yoes conoce.

Llamadas de otras formas, vestidas con otros cuerpos, en otros lugares.

Yo te conozco en cada luna menguante y creciente de cada uno de tus altibajos.

Te conozco en cada lluvia y en cada café solitario en el que me siento acompañada.

Quisiera desconocerte,

desmirarte

despreciarte

Destronarte de mis palabras

Y desverme en ti.






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