Mil astillas.
Mis pies cansados, entre cristales
El camino estrecho, de piedra
La herida abierta, profunda
El dolor agudo, crónico
Todo estalla, todo se rompe.
Y una vez más, solo pido silencio.
Tocando la guitarra con mis manos hechas jirones de tantas astillas clavadas, mientras las notas caen y lloran por mí, ya que yo no puedo hacerlo.
Una muñeca baila en mi pecho, buscando la salida, buscando un hueco para salir de entre tanto miedo.
Los va apartando uno a uno, la acaban cogiendo, acaban con ella, la devoran, la hunden.
El miedo a que le hagan daño hace que se vuelva pequeña
El miedo a fallar hace que vaya con pies de plomo
El miedo a vivir hace que se esconda
El pánico la consume mientras ella se fuma el último cigarro tirada en una esquina tocando una guitarra
Con mil astillas clavadas en las manos.
Comentarios
Publicar un comentario